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17 de noviembre de 2011

1. Transmutación


Algo salió mal, cuando decides vomitarle de vuelta al mundo todo ese rencor acumulado durante veinte años de puñetera calidad humana a tu alrededor, no puedes quedarte en casa, debes salir con la vista perdida en el horizonte o en el camino, donde mires ni siquiera importa. Lo que realmente vale es salir y desahogarse con el primero que realmente se lo merezca, siendo tu instinto el juez en esta ocasión. Es ahí donde la mayoría falla, cometen el error de quedarse cómodamente sentados esperando que su Némesis o el azar cometa la venganza. Esto no funciona así, para que algo resulte bien debe uno encargarse personalmente dicen los mayores, al menos a la hora de cagarle la vida a alguien no puedes perderte el placer de ser tu el protagonista, eso sería un atentado contra tu naturaleza y una traición hacia tus propias vivencias. Y a pesar de todo, por algo has leído hasta este punto, tu y yo no pensamos tan distinto, tu extraña tolerancia hacia estas palabras es tan penosa como irrelevante, o al menos así lo pensé en este instante. Prosigamos, tanto aguantar, tanta tolerancia taponeando tus sentidos, tanta caballerosidad desperdiciada en un mundo bizarro, tantos años siendo el buen samaritano terminaron pasando la cuenta, el egoísmo ajeno desgasta, y cuando te das cuenta del engaño tienes solo dos opciones, sentarte y mirar el pasado idealizando un porvenir heroico donde tu esencia será recompensada.. o bien, emborracharte de tu ridícula rabia, ser mas absurdo que este mundo, vomitarle dentro del sostén a la materia misma, mearle el bestón al tiempo, desvirginar doncellas, nutrir de sangre las alcantarillas de Concepción, ver quien logra escupir mas rostros mientras caminamos hacia el bar, todo mientras gozamos de los esbozos de  nuestra antigua fama de niños buenos.

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