Inicio

17 de noviembre de 2011

2. Los sabios consejos de la ventana polvorienta


Quizás solo quiera concretar esa cita para vengarme, quizás no tenga nada claro, quizás nos terminemos besando compulsivamente, quizás tome a propósito la micro equivocada y dedique esa tarde a viajar por los lugares mas recónditos de la inter-comuna buscando la respuesta en el reflejo de una ventana polvorienta. Ciertamente alguna vez pasó, terminé en algún lugar de Michaihue con una moneda de cincuenta, dos peluzas y un tazo de pokemón en el bolsillo. Cuarenta y tres minutos antes todo comenzó con un confuso diálogo entre un chofer con poca modulación y yo, el típico joven que solo conocía su parte de la periferia de la ciudad, quizás el destino haya querido que un chofer de poca monta se haya hecho el loco sobre la ruta de su máquina para quedarse con mis preciados ciento veinte, quizás mi memoria selectiva tomó lo que quizo de esta historia para darle el toque romántico que yo no le pude encontrar. Los sucesos transcurridos durante esos 18 kilómetros de regreso no pudieron ser recordados al momento de la redacción.


No hay comentarios:

Publicar un comentario