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28 de diciembre de 2012

21. Ofiuco en la Playa

Sentada en la bruma y roca
en la superficie del delirio,
la ola que revienta y choca
hizo espuma aquel martirio.


En los arrecifes espera
que en la playa vi culebras,
mi nueva era tu enredadera,
de ojos rubios y pelo azul.


Adiós mi Ginebra fiel,
en lo vacuo y su hebras
voy bebiendo hidro miel,
perdón por las culebras
serpenteando en nuestro riel
y la hiel de tus vertebras.

20. Amor Biliar


Escupiré con furor bilis en tus labios cariño,
como aliño un delirio de fiebre abrumador,
quemaré el pesebre de nuestro amor de niños,
los lanzaré alegre al aire, al mejor postor,
para que se disipe este lúgubre vapor dañino,
decantar el licor de esta gripe y asesinar la flor
de la ilusión regada con sudor letárgico y mezquino,
suena trágico, dulce hada que no siente amor,
agridulce y mágico, osada súcubo clandestino,
que ninguna de aquellas veladas en que cantaba el Ruiseñor,
ni de bella luna isleña y plateada alumbrando el camino
hayan dejado una extraviada huella en tu corazón.

19. Advertencia

A la vista del blando profano,
Todo poeta parafraseando al futuro,
es profeta, transmutando lo claro en obscuro,
sacralizando lo que siempre fue humano,
mas al disparo de cianuro sobre lo arcano,
ningún ignaro, por ser de espíritu inseguro,
sacrifica lo mundano, para mutar lo obscuro en claro.

9 de septiembre de 2012

18. De Amores, Orina y Temporal.

Cariño, oriné en la puerta de tu casa,
cuando la tormenta estaba casi muerta,
en la vorágine de mi mente en brazas,
y en la tuya trágicamente incierta.


¡Ebrio! crucé Concepción para orinarla,
romántico y genio etílico de la sutileza,
pudo haber sido donde Isabel o Carla,
pero oriné tu castillo mi dulce princesa.


Esta noche no maldecirás la lluvia sureña,
mi niñita pelirrubia de belleza floral,
no deberás limpiar con tus manos pequeñas,
mientras haya cebada y un buen temporal.


Arrastrando orina, lágrimas y cerveza,
por las alcantarillas de la sinrazón,
arrebatando sobriedad a mis proezas, y
miccionando las heridas de mi corazon.

16 de agosto de 2012

17. Conjetura desde la no conciencia

Hoy el día es extraño, pasa lento y le encuentro una tonalidad sepia, las blancas paredes de mi departamento se estrechan y presiento que la realidad termina detrás de ellas, como las paredes de una burbuja en el vacío, y por mas que lo intento esta "realidad" no me convence, le encuentro fallas en su espacio-tiempo.
Declaro que dudo de la existencia de todo lo que hay en el mundo sensorial que me rodea, de la materia y de la sinceridad de los seres sintientes con los que me relaciono. Dudo que mi existencia sea la que encuentro en mi memoria, desconfío de la simulación que ha creado mi conciencia y me confunde la información errática que me proporcionan mis recuerdos.
"Supongo" que han sido alucinaciones la serie de emociones y sentimientos que últimamente han proliferado en mi (al menos así lo he razonado luego de interactuar con ciertas entidades), de estos últimos no logro determinar la veracidad, pero seguramente son la piedra angular de la lógica que intento decifrar.
He visto tantas películas en donde los protagonistas viven su cotidianidad hasta descubrir que son esquizofrénicos justo antes del final en donde mueren o son encerrados, que me angustia la idea de estar ante el crepúsculo de mi raciocinio, y a momentos creo que si ese fuera mi caso, no debería exteriorizar tanto lo que pienso, que debería analizar esta transición locura-realidad o realidad-locura aparentando indiferencia, para que los demás crean que todo sigue como siempre, no vaya a ser que algún carcelero me sienta sacando conclusiones.
Hoy no creo en nadie, nadie es la linda idealización de lo que cree ser, todas esas creaciones intangibles se reducen a la mera ilusión porque la voluntad de personificarlas será abandonada tan pronto como un sentido pida ser complacido.

9 de julio de 2012

16. Oda a un buen gato




Compartí con un gato, usaba sombrero mejicano, 
de obscuro y buen bigote, jugábamos carioca,
decía ser sacerdote, una especie de druida pagano,
firmes como roca, apostábamos cortos de tequila.
Su abuelo era un ocelote, el mío cualquier fulano,
me hablaba desde la psicodelia de sus pupilas,
absorto con mi amigote, en una fila de  cortos
servidos por un gato burlote y bohemiano.
Aborto de los islotes de realidad, el felino los mutila,
los hundimos y en bendito alcohol salimos a flote
con brebajes etílicos, lejos de los profanos puritanos,
en el idílico sueño de repartir azotes y apuñalar hemofílicos,
somos esta noche quijotes de lo psicoactivo y arcano,
somos vidrios vomitivos estallando en una conciencia tranquila,
lo espontáneo, caótico e instintivo, pirómanos de lo cristiano,
el gato druida es un dientes de sable iracundo y subversivo,
¡Compulsivo brotará el niache de tu cuerpo robótico, gusano!,
volarán los remaches y te descubrirás humano, moribundo y depresivo,
neurótico, repulsivo, biótico, un pasivo esclavo diluviano,
un cerdo compasivo en el pantano erótico de los sentidos.
Gato de espíritu libre y ofensivo destruye los egos,
conflagra a los borregos y que ardan entre fuego y alaridos.