
en la superficie del delirio,
la ola que revienta y choca
hizo espuma aquel martirio.
En los arrecifes espera
que en la playa vi culebras,
mi nueva era tu enredadera,
de ojos rubios y pelo azul.
Adiós mi Ginebra fiel,
en lo vacuo y su hebras
voy bebiendo hidro miel,
perdón por las culebras
serpenteando en nuestro riel
y la hiel de tus vertebras.
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